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Suelten las amarras! y desplieguen las velas! A navegar el abismo
En un remolino interminable de gente de caras confusas, entre el sopor de estar húmeda, y el peso de mis responsabilidades, me hallo. Aquí estoy, nueva.
En un remolino interno que no tiene fin, mis dientes siguen mostrándose al Sol cada vez más caliente. Me hallo al fin, para redescubrirme.
No sé quién seré.

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